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Nour Nadira: 3er puesto Profesional

Actualizado: 15 abr 2020

NOMBRE:  Nour nadira

PROFESIÓN: Profesora de danza oriental

AÑOS DE TRAYECTORIA: 15 años

Facebook,instagram: @nournadira




1- Cuéntanos cómo fueron tus comienzos en la danza Oriental.

Mis inicios en la danza fueron de la mano de la profesora Naima Naim, en el Centro Juvenil de Torrente. Estaba ansiosa por aprender esta danza, ya que desde pequeña siempre me gustó Egipto y toda su cultura e historia. Aquellas clases fueron el inicio de todo. A los meses de empezar, mi profesora trajo a la gran maestra Raqia Hassan, una leyenda de esta danza. Yo me apunté, aunque no sabía ni hacer un infinito (risas). Aquellos talleres fueron el inicio de una obsesión hacia la danza oriental. Empecé a hacer más horas a la semana, primero con Selma, y luego, con Tasnim (Argentina). Los fines de semana iba a los talleres intensivos que impartía otra profesora argentina, Ivana Michlig. Cuanto más me formaba, más me gustaba, y al poco tiempo, viajé a Egipto junto a Selma al Nile Group.

Me enamoró de este viaje la forma de vida de los egipcios, la forma de entender la música, la forma de bailar, la forma de transmitir y la forma de enseñar. Nada que ver con lo que hasta la fecha había aprendido en España, donde el estilo del momento era el argentino. Allí conocí al gran Mahmoud Reda, a la gran Farida Fahmi, a grandes bailares: Tito Seif, Aida  Nour, Khaled Mahomoud, Kazafi, Lubna Eman, Osama Eman y muchos más profesores. Desde ese momento, supe que este sería mi nuevo sueño. Y un año después, organicé, junto a Selma, mi primer evento con Tito Seif en España por primera vez. Queríamos que la gente conociera su trabajo y su estilo, un estilo que nos tenía enamoradas. Durante 5 años, trabajar a su lado fue todo un aprendizaje.



2- ¿Qué te atrajo y qué te hizo quedarte en ella?

Seguir viajando a Egipto desde entonces es siempre una aventura y una forma de seguir en contacto con la cuna de esta danza.



3- ¿Cómo describirías desde entonces la evolución de la Danza tanto en Valencia, tu región de residencia, como en España?

Desde entonces, la evolución de la danza, en mi opinión, ha ido a peor en general, tanto en Valencia como en España. Hemos pasado de tener inquietud por su cultura, formarte en música, formarte en técnica, a tener el objetivo de destacar como mejor sin respetar a tus compañeras, en competir con los mejores trajes, en emplear todo el presupuesto en concursos y en pagar para bailar en las galas, en lugar de formarte bien y saber lo que haces. 

Y en general, bailar sin sentimiento y sin sello propio.


4- ¿En qué punto crees que se encuentra ahora la Danza en nuestra península y en Valencia?

Ahora mismo tenemos una influencia de los países del Este, que a mí personalmente no me apasiona mucho. Es un estilo con una técnica perfecta, unos giros maravillosos y una base de ballet exquisita, pero no es la danza que yo estudié y amé desde el principio. Una buena base técnica es súper importante, pero la técnica sin sentimiento no deja de ser una mera ejecución automatizada. Evidentemente, hay bailarinas de este estilo que sí disfruto mucho, que combinan técnica y expresión, como Darya, Diva Darina, Marta Korzun y algunas más. 



5- ¿Cuándo viajaste por primera vez a Egypto y cuál fue tu primera impresión?

Mi primera impresión fue la de haber perdido el tiempo, porque todo lo aprendido en España era bastante contradictorio con lo que enseñaban allí. 

El estilo argentino es un estilo muy rígido, estirado y con un millón de pasos en una coreografía, el peso siempre arriba y sin embargo el estilo egipcio es todo lo contrario.


6- ¿Qué contrastes viste con la Danza en España en aquel momento?

En España, en aquel momento, todo el mundo bailaba estilo argentino. Recuerdo que la gente, cuando bailaba coreografías aprendidas en Egipto, me decía que mi estilo era muy diferente al resto de las bailarinas que habían salido en la gala. El estilo egipcio en aquel momento era muy desconocido y poco a poco la gente fue conociéndolo más. Gracias a profesoras como Nesma, Eva Chacón, Narjess Montasser y Tito Seif.


7- La danza ha evolucionado mucho desde entonces... ¿Qué cambios has observado en tus últimas estancias en Egypto?

La evolución desde la primera vez que viajé a Egipto en el año 2005 hasta hoy ha sido un poco como aquí en España. La crisis económica que hemos vivido muchos países también ha afectado a Egipto. Hoy en día los festivales no tienen ni la mitad de alumnos que tenían hacen 10 años. La mayoría son bailarinas de Este y de Asia. Son las únicas que pueden mantener unos festivales que cada día, en Egipto, hay más y con menos alumnas.



8- Tú has estado en muchos festivales egipcios: Háblanos de ellos (primeras experiencias, qué destacarías de cada uno de ellos, qué recomiendas...).

 Yo destacaría del primer festival al que fui,“Nile Group”, la gran familia que eran. Donde desde la organización eran todo facilidades y gratitud. Donde todos los profesores eran de una gran calidad técnica y personal. Donde faltaban horas para aprender de ellos. Era un festival egipcio en estado puro. Durante 5 años viajé dos y tres veces a sus ediciones, y vi cómo fue creciendo poco a poco como festival, pero seguían teniendo las mismas bases. Iba con Selma y recuerdo la primera vez que nos apuntamos a un taller de Baladi con Nour: cuando empezó la clase, pensábamos que nos habíamos equivocado de sala, porque no tenía nada que ver con el baladi que hasta la fecha habíamos visto. Comprobamos el horario de clases, la sala... estaba todo correcto: era un baladi egipcio, divertido, un baladi de tierra... en definitiva, el baladi auténtico, que nada tiene que ver con el argentino que hasta entonces había aprendido.

Recuerdo también un estilo que hasta entonces no había visto nunca: el Shaabi. Yo me preguntaba qué era. En la gala de apertura, coincidimos con Khaled Mahmoud en el ascensor y le pregunté.  Él, muy sonriente, me respondió moviendo las manos y los hombros: -Habibiiiii, Saabiiii fiesta, pueblo, diversión…- 

Recordaré siempre aquellas palabras y sus gestos como mi inicio en el Shaabi (risas). 

Conservo muchas anécdotas parecidas como un tesoro.

Además del Nile Group, en mis viajes, fui conociendo más festivales: el festival Salamat Mars, el primer festival que me contrató como profesora, seguido del Crazy Nights, en el que he tenido también la oportunidad de ser profesora varias ediciones. Y muchos más: el Raks of course, Cairon Khan y algunos más...

Sigo quedándome con aquellos primeros maravillosos años…



9-Has ganado el primer puesto en la Categoría Fusión del Ahla Wa Sahlan 2019. Cuéntanos cómo ha sido esa experiencia.

Este año visité por primera vez, después de estar 21 veces en Egipto, el festival Ahlan Wa Sahlan; y aunque es el festival más importante, nunca pude asistir por circunstancias. Iba ilusionada de por fin poder participar en él; además, mi compañera Yolanda Nahid  iba como profesora. Para nada estaba en mis planes presentarme al concurso, pero el último día decidí, a las 17.00h de la tarde, inscribirme. Elegí una canción, que fue mi primera coreografía fusionada con aires andaluces, y de la que siempre he tenido un buen recuerdo. En esa categoría, había 102 actuaciones, y me tocó bailar a las 3:00 am, estaba muerta, pero aun así pensé en disfrutarlo y sentirlo. Iba a ser mi primera vez en ese escenario, que tantas veces vi por videos. Y fue genial. Lo disfruté y tuve la suerte de gustar mucho al jurado y ganar. Fue toda una sorpresa; incluso, cuando me nombraron, entendí que había quedado tercera y cuál fue mi sorpresa cuando subí a recoger el premio y Darya me entrega el trofeo: allí vi el número 1. No daba crédito. Me sentí importante (risas).

Este año seré profesora en dicho Festival, todo un honor para mí.



10-También has obtenido varios premios en España ¿Qué dirías de los concursos españoles y qué diferencias observas con los egipcios? ¿Alguna sugerencia constructiva?

Pienso que no hay mucha diferencia entre nuestros concursos y los egipcios. Como en todos, hay sus cosillas buenas y menos buenas. Y como no quiero que nadie se ofenda, aquí dejo mi consejo: De todo se aprende, incluso de los concursos. Cuando he ganado me he sentido muy bien, pero cuando he perdido también. No suelo obsesionarme con esto.



11- ¿Y respecto a tu experiencia en Your Stage en Lainhaya 2018?

Lainhaya fue todo un descubrimiento y para bien (y quien me conoce sabe que no soy nada pelota, aunque haya aprendido a callar muchas sinceridades). Creo que este festival hacía falta aquí en Valencia. Mi sensación fue de cercanía y de buen trabajo en equipo. 



12- ¿Qué destacarías de tu formación y evolución? Háblanos también del Flamenco y otras disciplinas que conozcas que te hayan aportado.

De mi formación y evolución, destacaría el cambio brutal que fue poder conocer la danza oriental desde su cuna. Es un cambio inmenso a la hora de interpretar esta danza y de crecer. Yo he pasado por varias fases, como todas las bailarinas que llevamos ya unos años.

Para mí, supuso un gran cambio el pasar por una mala racha personal económica y profesional para darme cuenta de que tenía que cambiar algo.

Pasé de estar enamorada a querer dejarlo todo, pero sin poder, porque mi economía no me lo permitía. Se juntó mi embarazo y mi ruptura con muchos lazos profesionales que tenía en ese momento. Gracias a eso, y aunque fue duro, doy las gracias, porque marcó un antes y un después en mí. Antes bailaba para agradar y bailaba como la gente quería. Hoy bailo para mí, bailo como quiero y como siento. Siendo yo misma.  No necesito hacer coreografías con doscientos movimientos, porque no lo siento, no necesito girar como si fuera una peonza, porque nunca me gustaron los giros, y no necesito bailar la música que está de moda, porque me gusta bailar cosas diferentes y raras, porque así me siento ahora ¡Soy rara y me encanta!



13-Háblanos de tu Ateliére de las Bellydance ¿Cuál es tu filosofía y propuesta?

Mi Ateliere es otra faceta que nació de otra locura mía, como es el diseño y el negocio. Me gusta en mis ratos libres coser y crear. No me considero una diseñadora profesional ni mucho menos, pero si una buena aficionada. Y aunque me gustaría dedicarle más tiempo, a veces es imposible. Para mí, es un complemento a mi trabajo.



14-Eres maestra, bailarina, empresaria... ¿Con qué faceta te sientes más cómoda?

Mi faceta preferida creo que es un mix de todo. Empresaria, bailarina, maestra, madre… una cosa sin la otra y no sería yo. Me gusta llevar muchas cosas al mismo tiempo. Aunque no lo parezca, soy un poco inquieta (risas).



15-¿Bellydance, folclore o fusión?

Bellydance, cuando tengo que mostrar una parte más moderna de esta danza, ya sea en festivales de fin de curso, fiestas tradicionales de calle o contrataciones en bodas y fiestas; folclore, para recordar las raíces; y fusión, cuando necesito crear.



16- ¿Y en concreto con qué registro te identificas más?

Yo creo que no tengo un registro definido, soy una mezcla de todo lo aprendido y vivido durante estos años.



17-Tus maestros preferidos son…

Mis maestros preferidos son los que me han marcado de alguna manera en mi danza.  Raqia Hassan fue la primera profesora egipcia que conocí; Tito Seif, por ser durante años mi referente en esta danza; Narjess Montasser, porque su curso de formación fue un cambio de chip grandísimo; Alika Danza, porque es una fuente de inspiración y de crecimiento, que mi lado más “loco” -como yo digo- necesita.

Bozenka y Esmeralda Calbone, porque son pura sutileza y sencillez cuando bailan.

 Y destacaría a muchos más que han ido dejando huella en mí: Mahmoud Reda, Farida Fahmi, Kahled Mahmoud, Kazafi, Munique, Rosadela, Nesma, Geliah... y muchísimos más maestros que he ido conociendo a lo largo de estos 14 años, porque de todos los maestros se aprende.


18- ¿Qué echas en falta en la Danza Oriental?

Hoy en día, echo en falta mucho compañerismo, echo en falta el respeto a las raíces de la danza. Todas las bailarinas quieren ser mejores que otras, sin importar la compañera de al lado; y aunque en mis principios también había rivalidades, eran de una forma más legal. Y no había tanta desinformación cultural como hay hoy en día.


19- ¿Qué es lo que menos te gusta de la Danza Oriental?

Creo que se han olvidado muchos valores y se nos vende mucho más lo superficial. Ahora es más importante llevar un traje de 1.000€ de un diseñador conocido que saber quién es Oum Kalsoum.

En este año, me he cruzado con varias profesoras que no sabían quién era ni Oum Kalsoum, ni Farida Fahmi y mucho menos Mahmoud Reda. Para mí, eso es imperdonable para una profesora, independientemente de cuál sea tu estilo a la hora de bailar. 



20-Para finalizar, cuéntanos tus próximos retos, sueños y proyectos.

Sinceramente, mi meta desde el principio fue disfrutar del camino, disfrutar de los nuevos proyectos y soñar siempre con una danza libre y personal. 

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